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Zacapoaxtla

Enclavada en la sierra nororiente, la villa de Zacapoaxtla descansa al pie de majestuosas cumbres, entre otras la del volcán apagado del Apaxtepec y las de Poder de Dios y Tres Cabezas, que forman la llave de esta serranía. Los ríos principales son el Texpilco, afluente del Apulco, y el Atehuetzian, que se despeña en un grácil salto por el poniente. A 156 kilómetros de la ciudad de Puebla, Zacapoaxtla conserva su aspecto de ciudad provinciana: sus casas siguen siendo de mampostería y techos de teja, que se prolongan por el frente para formar aleros contra las lluvias y tempestades suscitadas por los vientos del Golfo, comunes en el otoño e invierno. Nutridos bosques de encino, oyamel, haya y cedro visten montañas y barrancos, y en los campos del norte se cultiva el café, las frutas tropicales y la caña de azúcar, mientras que en el centro y sur dominan los cultivos tradicionales.

Se sabe que en los primeros siglos de nuestra era casi todo el nororiente del actual estado de Puebla pertenecía al Totonacapan, y que en el siglo XII esta región formaba parte del Chichimecatlalli, uno de cuyos señoríos fue Tlatlauhquitepec, que comprendía Zacapoaxtla. De este modo Zacapoaxtla y los demás pueblos de dicho señorío eran nahua-chichimecas con antecedentes totonacas.

En 1524, los españoles dominaron la región y Tlatlauhquitepec (junto con Zacapoaxtla) quedó encomendado a Jacinto Portillo, un conquistador que después se volvió religioso, conocido como "fray Cintos". De 1530 a 1567, los franciscanos trabajaron en toda el área, pero Zacapoaxtla no tuvo su primera iglesia sino hacia 1576, y eso muy rústica, aunque ya desde entonces bajo la advocación de san Pedro. Del templo que se levantó en el mismo sitio entre 1611 y 1645 aún subsisten los contrafuertes y la torre como parte de la parroquia actual.

Existen varios sitios de recreo cerca de Zacapoaxtla. En el camino a Cuetzalan los parajes del río Apulco asombran por su inefable belleza: a la cascada de La Gloria se suman pozas naturales, mantos de orquídeas silvestres y el vetusto casco de una ex hacienda. Subiendo la cuesta está el balcón de La Cumbre, desde el cual se domina la abrupta serranía y en días despejados la Barra de Nautla y el Golfo de México. Cerca de Nauzontla hay dos cavernas, una de ellas con siete túneles, y otra en Zoquiapan con hermosas estalactitas.

Arriba, mural alusivo a la batalla del
5 de Mayo. Enfrente, una calle de
Zacapoaxtia y el Palacio Municipal
donde está el mural mencionado.